¿Qué son los pólipos del colon?
Los pólipos son tumores benignos que involucran el revestimiento de los intestinos (tumores no cancerosos o neoplasias). Se pueden encontrar en varias ubicaciones del tracto digestivo pero son más comunes en el colon. Su diámetro varía desde 4 mm hasta varios centímetros. Parecen pequeñas protuberancias que crecen en el revestimiento del intestino y sobresalen por el lumen (cavidad de los intestinos). En ocasiones crecen en un “tallo” y parecen hongos. Algunos pólipos también pueden ser planos. Muchos pacientes tienen varios pólipos dispersos en distintas partes del colon.
Algunos pólipos pueden contener pequeñas zonas cancerígenas, si bien la gran mayoría no presentan esta complicación.
Está comprobado, que el cáncer de colon inicia como un pólipo. No obstante, solo 1 de cada 20 pólipos llega a convertirse en cáncer, pero como no se puede determinar cuál será, deben de removerse todos, por medio de una polipectomía.
Los pólipos son muy comunes en los adultos, cuyas probabilidades de sufrirlos aumenta con la edad. Entre el 30% y el 50% de los adultos mayores de 50 años se presentan pólipos.
No se sabe con precisión qué origina los pólipos, pero se ha mencionado como factores de riesgo: una dieta alta en grasas y carnes rojas y baja en fibras; el fumado y la obesidad. Definitivamente hay un factor genético.
El mayor factor de riesgo para desarrollar pólipos es ser mayor de 50 años. Un historial familiar de pólipos de colon o cáncer de colon aumenta el riesgo de padecerlos. Además, los pacientes con un historial personal de pólipos o cáncer de colon están en riesgo de desarrollar nuevos. Incluso, existen algunos síndromes poco frecuentes de pólipos o de cáncer que se dan en las familias y que aumentan el riesgo de que los pólipos se desarrollen a edades más tempranas.
Existen dos tipos comunes: pólipo hiperplásico y adenoma. El pólipo hiperplásico no presenta riesgo de cáncer y, por lo tanto, no es tan significativo. Por otro lado, se cree que el adenoma es el precursor (origen) de la mayoría de los cánceres de colon, aunque la mayoría de los adenomas nunca se convierten en tumores malignos. La histología (observación del tejido en el microscopio) es la mejor manera de diferenciar entre pólipos hiperplásicos y adenomatosos. Si bien es imposible saber qué pólipos adenomatosos se convertirán en tumores malignos, los pólipos más grandes son los que tienen más probabilidades de convertirse en estos tumores y algunos de los más grandes (los mayores de 2 cm) pueden ya contener pequeñas áreas de cáncer.
Debido a que el médico no puede estar seguro del tipo de tejido por la apariencia del pólipo, los médicos generalmente recomiendan eliminar todos los pólipos que se encuentren durante la colonoscopia.
La mayoría de los pólipos no presentan síntomas. Los más grandes causan sangre en la materia fecal, pero hasta éstos por lo general son asintomáticos. Por lo tanto, la mejor manera de detectar pólipos es examinar a personas que no tengan síntomas.
Debido a que la colonoscopia es la manera más precisa de detectar pólipos, ahora muchos expertos recomiendan este estudio como método de examen a fin de eliminar, durante el mismo procedimiento, los pólipos que se encuentren o que se sospechen existan.
La mayoría de los pólipos que se encuentren durante la colonoscopia y se eliminan por completo durante el procedimiento. Hay varias técnicas de eliminación; cortarlos con un alambre, con fórceps para biopsia y/o quemar la base de los pólipos con corriente eléctrica. Esto se llama Polipectomía (resección de pólipos). Debido a que el revestimiento de los intestinos es insensible a los cortes o quemaduras, la resección de pólipos no causa incomodidad. Los pólipos resecados se examinan luego en el microscopio para determinar el tipo de tejido y detectar cualquier tipo de cáncer. Si se elimina un pólipo grande o que se vea extraño, o se deja para una posible cirugía, el endoscopista podrá marcar el sitio inyectando pequeñas cantidades de tinta china en la pared del intestino. A esto se le llama “tatuaje endoscópico”.
La eliminación de pólipos (o polipectomía) durante la colonoscopia es un procedimiento ambulatorio de rutina. Las complicaciones posibles, aunque poco comunes, incluyen sangrado del sitio de la polipectomía y perforación (un orificio o desgarro) del colon. El sangrado del sitio de la polipectomía puede ser inmediato o tardar varios días, la hemorragia persistente casi siempre se puede detener con un tratamiento durante la colonoscopia. En raras ocasiones se producen perforaciones que demanden cirugía para su reparación.
Su médico decidirá cuándo deberá repetir su colonoscopia. El intérvalo dependerá de factores como el número y el tamaño de los pólipos removidos, el tipo de tejido de éstos y la calidad en la limpieza del colon.
La calidad de la limpieza afectará la capacidad del doctor para observar la superficie del colon. Si los pólipos eran pequeños, y el colon fue visualizado completamente durante su colonoscopia, su médico generalmente recomendará repetir el estudio en un plazo de tres a cinco años. Si la colonoscopia de seguimiento no demostró pólipos, probablemente no necesitará otro procedimiento en los próximos cinco años. Sin embargo, si los pólipos eran grandes y planos, su médico podría recomendar repetir la colonoscopia en unos cuantos meses. para asegurarse de que los pólipos fueron removidos completamente. El médico analizará con usted las opciones disponibles.
Fuente: Dr. Pablo Navarro, “American Society for Gastrointestinal Endoscopy”, www.UpToDate.com
Ejemplo de polipectomía