
Múltiples estudios han relacionado el consumo de café con un efecto protector del hígado. Se recomiendan al menos 2 tazas de café al día, otros estudios hablan de 3.
La lesión inicial del hígado es la fibrosis (cicatrización interna del hígado) y se ha visto efectos beneficiosos desde ese punto. Las lesiones posteriores como la cirrosis (donde hay mucha cicatriz interna del hígado y ausencia de tejido sin cicatriz) y el cáncer (que es más riesgoso en pacientes con cirrosis), también progresan más lentamente con el consumo de café. Es lógico, si intervenimos en la lesión inicial (fibrosis – cicatriz), se verán frutos en las lesiones más avanzadas también (cirrosis – cáncer).
En julio del 2020 salió un artículo en la prestigiosa revista “New England Journal of Medicine” donde menciona ese y otros efectos benéficos del café1. Un estudio de los Países Bajos del 2017 midió la fibrosis del hígado en pacientes y demostró que los que tomaban más de tres tazas de café tenían menos fibrosis 2. Otro estudio también del 2017 demostró que el café disminuía el riesgo de cáncer de hígado 3. Hay más estudios con hallazgos beneficiosos realizados en pacientes con hígado graso y con hepatitis C que refuerzan el concepto.
Agresores del hígado (obesidad y alcohol)
Hoy en día el principal enemigo del hígado es la obesidad que está relacionada al hígado graso. El hígado graso está relacionado a enfermedad hepática porque es un generador de fibrosis (cicatrices internas hepáticas) que desencadena en cirrosis y complicaciones posteriores. El control de peso y de la diabetes (si existiese) es fundamental en esta circunstancia.
Junto con la obesidad, el consumo excesivo de alcohol es uno de los agresores más importantes del hígado. Nunca debemos sobrepasar el consumo de más de dos cervezas, dos copas de vino o dos tragos de licor en un día. Dosis más altas hacen que inicien procesos de metabolismo del alcohol en el hígado que son tóxicos. No se vale acumular para poder aumentar la dosis de licor en un momento dado como el fin de semana. La capacidad de metabolismo de alcohol es la misma siempre y se satura si pasamos la cantidad mencionada.
Nuestro hígado es resistente pero debemos cuidarlo. Evitar el sobrepeso o la obesidad, no consumir licor en excesos, hacer ejercicio físico, tener una dieta saludable son factores que nos ayudan a protegerlo.
Debemos evitar también caer en el viejo concepto de que los enfermos del hígado son los alcohólicos. Hay muchas otras causas de enfermedad hepática como el hígado graso no alcohólico, las hepatitis virales, enfermedades hereditarias como el Wilson, algunos fármacos, hepatitis autoinmune, entre otras causas. Algunas causas tienen tratamiento específico, otras no y es importante un control con el gastroenterólogo que tenga afinidad por enfermedades hepáticas para manejar la enfermedad adecuadamente.
Para mí como gastroenterólogo, cada paciente con enfermedad hepática se convierte en un paciente especial. Es un paciente al que veré regularmente y al que le haré un control más seguido que a la mayoría de mis pacientes. Desde que lo empiezo a tratar sé que debo hacer un estudio detallado del paciente en busca de la causa de su enfermedad hepática y un seguimiento estricto para evitar que la enfermedad progrese y prevenir las complicaciones.
Espero que la información sea provechosa y que disfrutemos nuestro café en el futuro.
- N Engl J Med 2020; 383:369-378. DOI: 10.1056/NEJMra1816604 ↩︎
- https://www.journal-of-hepatology.eu/article/S0168-8278(17)30147-2/fulltext ↩︎
- Kennedy OJ, Roderick P, Buchanan R, et al. Coffee, including caffeinated and decaffeinated coffee, and the risk of hepatocellular carcinoma: a systematic review and dose-response meta-analysis BMJ Open 2017;7:e013739. doi: 10.1136/bmjopen-2016-013739 ↩︎